Desde mi butaca estaba haciendo fotos a Berto. Al darle al zoom vi que me miraba con cara de mala hostia. ¡Uys! Pero seguí haciendo fotos mientras me descojonaba de risa.
Miro a mi derecha y Jordi había bajado a seguir la función entre el público (¿eing? pero si...). Entonces sigo haciéndole fotos a él, pero estaba taan tan cerca, que las fotos salían borrosas. Hablaba directamente a mi cara, a escasos centímetros. Puse la camara entre medias y cambié a modo video. En la pantalla esos ojos divinos podrían romper cualquier objetivo.
En la butaca de al lado había una chica y se puso a hablar con las dos. La sacó a ella al escenario y al decir su nombre me di cuenta que la conocía. Era una twittera. La acababa de desvirtualizar. ¡Anda!
Y así terminaba mi sueño. Encantada de la vida, con Berto enfurruñao, con Jordi volviendo al TP, desvirtualizando a una que me caia bien y queriendo volver a dormirme por si aparecía Andreu.
Cosas que pasan. Mejor dicho, cosas que se sueñan.
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