viernes, 16 de marzo de 2012

pajarraco

Estaba en el comedor.
Una de las residentes había encontrado un pajarito muy bonito. Azul fosforito.
No sé como llegué a cogerlo y sólo se me ocurre ponerme a masticarlo como si fuera una gominola.

Una vez mordido me empecé a dar cuenta que estaba comiendo un pájaro, medio vivo medio... puag!
Empecé a escupirlo. Entre asco, desconcierto por lo que estaba haciendo, pena por matarle... Y encima la residente me miraba con odio. Claro, le había matado su pájaro azul fosforito.

No era un pájaro normal. Se me quedaba dentro de la boca. No era capaz a sacarlo. Como plastilina y huesos. Se me quedaba pegado al paladar, entre los dientes... Cuanto más me esforzaba en deshacerme de él, más se me pegaba.

Desperté. Otra vez ahogándome con la mucosidad de la jodida rinitis. Y una reflexión: ¿me estaré pasando con el twitter? ¿Es que me paso tanto tiempo rumiándolo que ya no puedo alejarlo de mí?

PD: no pongo imagen ilustrativa. Tengo verdadera FOBIA a los pájaros.

1 comentario:

  1. Si no sabes quien era Garcín,debes buscar el cuento de Rubén Darío "El pájaro azul",es muy corto y triste,pero está admirablemente bien escrito.
    Sólo voy a escribirte los últimos párrafos,juzga tú las coincidencias:
    "Pálidos,asustados,entristecidos,al día siguiente,todos los parroquianos del Café Plombier
    que metíamos tanta bulla en aquel cuartucho destartalado,nos hallábamos en la habitación de Garcín.El estaba en su lecho,sobre las sábanas ensangrentadas,con el cráneo roto de un balazo.Sobre la almohada había fragmentos de masa cerebral.¡Que horrible!
    Cuando, repuestos de la primera impresión,pudimos llorar ante el cadáver de nuestro amigo,encontramos que tenía consigo el famoso poema.En la última página había escritas estas palabras:Hoy,en plena primavera,dejó abierta la puerta de la jaula al pobre pájaro azul".
    Menos mal que te lo comiste.
    zara

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